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              C
            
            
              ultura
            
            
              EL PINTOR PÉREZ ESPINOSA EXPONE POR ÚLTIMA VEZ  EN
            
            
              LA SALA ALTA DEL REAL CASINO DE MURCIA
            
            
              Una luz diferente
            
            
              S
            
            
              erá su última exposición. El pintor Luis Pérez Espinosa ase-
            
            
              gura que la muestra “Luz Diferente”, que acogió la Sala Alta
            
            
              del Real Casino entre el 13 y el 30 de junio, es su despedida
            
            
              del mundo del arte. “Esta ciudad está llena de artistas con mucho
            
            
              talento pero Murcia es muy cruel con ellos”.
            
            
              No quiso entrar en más detalles el pintor, conocido artísticamen-
            
            
              te como Vespinosa, durante la velada inaugural de la muestra en
            
            
              la que un recital de música clásica y una selección de muebles
            
            
              antiguos, que hacían de soporte para las obras, dotaron a la Sala
            
            
              Alta de un peculiar y sugestivo ambiente. El autor pensó cuidado-
            
            
              samente la composición de la sala con el fin de crear un espacio
            
            
              ideal para la contemplación de sus obras. “Los cuadros, cuando
            
            
              están en las casas, no están colgados en paneles”, señala.
            
            
              No es la primera vez que utiliza muebles como soporte de sus
            
            
              obras. Se trata de una característica a la que ha recurrido de modo
            
            
              insistente en sus exposiciones para reconstruir un ambiente lo más
            
            
              realista y cómodo posible para el espectador. “Si te sientas a con-
            
            
              templar, los cuadros te dirán algo al oído”, apunta el pintor.
            
            
              Profundas pinceladas en verdes, azules y amarillos inundan sus
            
            
              creaciones. “La carga de materia es un elemento muy importante
            
            
              que caracteriza el momento en que abordo la creación”, explica el
            
            
              autor, que asegura que concibe sus obras para que sean tocadas.
            
            
              “Mis cuadros son para sentirlos y hablar con ellos, son como pe-
            
            
              queñas esculturas”.
            
            
              Vespinosa utiliza un formato grande con el fin de que el públi-
            
            
              co se sienta parte de la composición. Por ese motivo sus pinturas
            
            
              tampoco tienen marco, ya que están concebidas para “expandirse”
            
            
              al ser observadas. “Quiero que el alma de la gente se convierta en
            
            
              algo grande”.
            
            
              El pintor señala que con estas pinturas “no quiero transmitir nin-
            
            
              gún mensaje, sólo que la gente lea cartas en color. El mundo está
            
            
              muy negro y hay que pelear con el lienzo para que se convierta en
            
            
              un punto de alegría”.
            
            
              Cada obra tiene un momento de creación distinto, no han sido
            
            
              concebidas para ser presentadas en una misma muestra. El he-
            
            
              cho de que posteriormente hayan acabado formando parte de esta
            
            
              última muestra como un “concierto de color” ha sido algo fortuito.
            
            
              Confiesa que quiso darle un lugar predominante a la escultura de
            
            
              Judas en la exposición para recordar que sigue teniendo presencia
            
            
              en la actualidad. “Hoy día también existe esa clase de persona que
            
            
              traiciona y, de esta manera, quiero hacer un homenaje a los que
            
            
              tienen la desgracia de ser así”.
            
            
              La suerte ha querido que el lugar elegido para decirle adiós al
            
            
              lienzo sea el mismo donde expuso por primera vez hace diez años.
            
            
              El tiempo dirá si la despedida es temporal o definitiva.