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              E
            
            
              special
            
            
              turas sobre lienzo (1876) obra
            
            
              del pintor-escenógrafo Manuel
            
            
              Sanmiguel y del pintor murcia-
            
            
              no Manuel Picolo López, con
            
            
              las alegorías de las bellas artes
            
            
              en su zona central, representa-
            
            
              ción en las esquinas de algunos
            
            
              de los hijos ilustres de Murcia,
            
            
              el escultor Francisco Salzillo, el
            
            
              actor Julián Romea, el pintor Ni-
            
            
              colás Villacis y el político Conde
            
            
              de Floridablanca, y una serie de
            
            
              paisajes exóticos, muy del gus-
            
            
              to de la época, en los laterales.
            
            
              En el extremo Este se abre
            
            
              una balconada, la tribuna de la
            
            
              música, donde se instalaba la
            
            
              orquesta que amenizaban los
            
            
              bailes de gala de la alta socie-
            
            
              dad local.
            
            
              Si el acceso se ha realizado a
            
            
              través de una sala masculina, la
            
            
              salida la hacemos por un espa-
            
            
              cio de carácter femenino, la
            
            
              
                AN-
              
            
            
              
                TESALA DEL SALÓN DE BAI-
              
            
            
              
                LE
              
            
            
              , zona de descanso y tertulia
            
            
              durante las fiestas para las da-
            
            
              mas. De sus paredes cuelgan
            
            
              dos magníficos cuadros: el Ca-
            
            
              nasto de flores (1909), de Pedro
            
            
              Sánchez Picazo, y el Interior
            
            
              de un estudio de pintor (1895),
            
            
              de Juan Antonio Gil Montejano.
            
            
              Puede contemplarse también
            
            
              sobre la consola la Cabeza de
            
            
              mujer en piedra, obra del escul-
            
            
              tor José Planes.
            
            
              Desde aquí, cruzando la
            
            
              Galería Central, accedemos al
            
            
              coqueto
            
            
              
                TOCADOR DE SEÑO-
              
            
            
              
                RAS
              
            
            
              . Hacia 1922 se decide, por
            
            
              parte de la directiva del Casino
            
            
              y a demanda de las usuarias
            
            
              femeninas, realizar un lugar
            
            
              digno para que las damas se
            
            
              retoquen y aseen. Para ello
            
            
              se toma como ubicación parte
            
            
              de la antigua Sala de Armas.
            
            
              A pesar de lo tardío de la fe-
            
            
              cha de ejecución, se opta por
            
            
              el estilo neorrococó para dotar
            
            
              de fastuosidad el pequeño es-
            
            
              pacio: cortinajes de damasco,
            
            
              mobiliario y espejos dorados,
            
            
              apliques de pared con tulipas
            
            
              decoradas con encajes,… Cu-
            
            
              briendo esta deliciosa bombo-
            
            
              nera, nuevamente un techo de
            
            
              pinturas sobre lienzo, La Noche
            
            
              o El embrujo de Selene, que
            
            
              José Marín-Baldo Burguero pin-
            
            
              tó años después en una amable
            
            
              composición de estilo art-decó
            
            
              cargada de sensualidad.
            
            
              Continuamos ahora hacia la
            
            
              encrucijada entre las dos Gale-
            
            
              rías, a nuestra derecha nos en-
            
            
              contramos con el
            
            
              
                PATIO POM-
              
            
            
              
                PEYANO
              
            
            
              (1893-1920), donde
            
            
              realidad y ficción vuelven a jugar
            
            
              con la vista del espectador. Las
            
            
              columnas son de mármol blan-
            
            
              co de Macael, como la mitad
            
            
              inferior del recinto, mientras que
            
            
              la zona superior es un trampan-
            
            
              tojo a imitación de este noble
            
            
              material, con relieves de tema
            
            
              mitológico en escayola. Como
            
            
              eje sobre el que gravita, la bella
            
            
              escultura en mármol de Venus
            
            
              (1920) de José Planes, sobre
            
            
              un hermoso pedestal del mismo
            
            
              material y con motivos mitoló-
            
            
              gicos del escultor José Lozano
            
            
              Roca. Alrededor se pueden ver
            
            
              dos reproducciones de escul-
            
            
              turas clásicas de los Museos
            
            
              Vaticanos en escayola, Danae
            
            
              y la Amazona de Polícleto, y la
            
            
              reciente incorporación de Mujer
            
            
              (2008), de Antonio Campillo.
            
            
              Testimonio de la historia de
            
            
              este inmueble, es la ondulan-
            
            
              te
            
            
              
                ESCALERA
              
            
            
              de ebanistería,
            
            
              obra de Mariano Ruiz Funes,
            
            
              que arranca desde uno de los
            
            
              ángulos de este patio, proba-
            
            
              blemente único acceso al piso
            
            
              superior del primitivo Casino,
            
            
              cuya entrada tenemos frente a
            
            
              nosotros.
            
            
              Junto a esta, el
            
            
              
                SALÓN DE
              
            
            
              
                BILLAR
              
            
            
              (1871, José Ramón Be-
            
            
              renguer-1886, Justo Millán-1900,
            
            
              
                Tocador de Señoras
              
            
            
              
                Congresillo